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  • La gaceta del juglar

    En una fábula de imaginación y realidad

  • El ilustrador de sueños

    El primer rayo de sol, ese que despunta el día justo en el alba, no tardó en llegar a su ventana para iluminarle el rostro. Parecía impaciente por arrastrarlo de un mundo de ensueño a la realidad...

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Un horizonte sin tierra

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Cuando el agua y el cielo se unen en textura y tonalidad recrean un horizonte infinito. Al mirarlo, la vista no llega a alcanzar cuán lejano es su fin. El océano parece terminar donde la tierra nunca comenzó. Es simplemente un abismo de nostalgia rodeado de nubes. Soledad y horror es el silencio que precede a la tempestad.



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La cultura del IVA

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Estimado señor Rajoy: 

¿Sabía usted que mi abuela no sabe leer? 



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La cadena de la amistad

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Dicen que el verdadero amigo es el fruto de la unión de dos almas que conviven en un mismo cuerpo. Sinceramente, está vez intentaré no ser tan filosófico; sólo busco una respuesta: “¿Existe la verdadera amistad?”.


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El Disfraz de Piedra

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Existe un mundo que cambia y varía según el visitante que entré. A veces está destruido y asolado por el paso del extraño que por primera vez lo pisa; sin embargo, en otras ocasiones, es virgen e inexplorado para quien llega con esperanza e ilusión. Para algunos es una dimensión pobre y muerta, pero para otros es una realidad rica y viva. Con esto no os descubro nada nuevo: os presento el Mundo de los Sentimientos.


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La noticia del día

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Desperté temprano en la mañana bajo el sonido sordo de una radio que parecía no sintonizar ninguna cadena en concreto. Siempre he admirado abrir los ojos e iniciar un nuevo día bajo la voz de una persona que relata la última vuelta que ha dado este Mundo en los acontecimientos públicos más novedosos y actuales. Sin embargo, esta mañana no ha sido así. Por alguna razón, la señal no llegaba.

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Invidencia de un órgano cardiocular

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Dormía y mi mente alcanzaba fronteras a las que la realidad nunca podría llegar. Veía perfectamente caras de niños sonrientes que corrían a través de un prado, personas felices hablando entre sí y compartiendo risas y anécdotas, y a alguien que me daba la mano y me transmitía algo más que una sensación. Todo se sucedía a cámara lenta, como si de una película se tratase. Entendía perfectamente aquella visión, pues cuanto más despacio sucediere todo, más podría disfrutar de ello. Sin embargo, y de repente, todo se volvió nada. Apareció la oscuridad.


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La hora fantasma

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Esta misma madrugada, las leyes naturales del tiempo que marcan al hombre desde hace décadas se enfrentan a un cambio, una vez más, provocado por el ser humano. Los relojes de nuestra casa, móviles u ordenadores, algunos manuales y otros automáticos, han pasado por alto una hora y avanzado a la siguiente sin mirar atrás. El tiempo afecta mucho a la persona... A veces pensamos en el destino y, de forma inevitable, nos cuestionamos ´¿Qué hubiera pasado si tal cosa, hecho o persona no hubiera pasado por o en mi vida?´. Pues bien... si nuestro reloj más cercano determina que las 2.00 a.m no existe... ¿Hemos perdido algo más que una hora de sueño?

 


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La meta del caminante

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Alcé mis ojos y encontré la mirada atenta de unos rostros que me parecían familiares. Conocía el aluvión de interacciones que tendría lugar si optaba por hacerlo, pero no tenía más remedio que avanzar y atravesar el gentío. Quedarse quieto no era una opción. Ya estaba decidido. Me adentré sin mirar atrás y, en segundos, me sentí engullido por la masa.



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Las edades del Mundo

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Hace cientos de años que oigo voces del pasado anunciando la llegada del fin del Mundo. Hablaban de miles de antiguas profecías que en cuestión de semanas o meses se verían cumplidas. Hacían apología de la numerología que anunciaba la esperada fecha en que, de alguna forma, todos serían arrebatados. Unos pensaban que la Tierra eclosionaría en el Universo o que un asteroide destruiría el planeta azul. Otros, simplemente, que Dios vendría a recoger a los suyos, dando a los malos su merecido castigo. El asunto era en todos los casos el mismo: el Mundo tenía que acabar. Mis ojos se horrorizaron ante esta sentencia y se clavaron en la cuestión de: “¿Tan cansada está la humanidad de existir que pierde su valioso tiempo de vida en buscar cuando será el eterno final?”.

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Capacitados para la insercción social

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Ser como todo el mundo y ser diferente a la vez es una de las barreras a superar por parte de aquellas personas que sufren una discapacidad. La inserción social es una realidad que aún no está definida y la igualdad se ha convertido en un valor que ha quedado en peligro de extinción. Sus únicas fuerzas son la voluntad y el ánimo de superación, para ellos, los sentidos más importantes que puede poseer el ser humano.

La necesidad de una rampa de acceso a la hora de tomar un transporte público o de encontrar signos en braille en los botones de un ascensor son cuestiones de vital importancia para aquellas personas que encuentran en estas instalaciones su autonomía personal y una vida social activa; sin embargo, no todos los establecimientos o medios de transporte están preparados para afrontar estas nuevas reformas. Según afirma Enrique González, técnico superior en desarrollo y aplicación de proyectos de edificación y obras: “Las personas con discapacidades merecen unos derechos, una calidad de vida y una dignidad que aún hoy, en numerosos lugares del mundo, la sociedad continúa negando”. González ha sido el autor de un informe social que enfoca la situación en la que se encuentran los discapacitados físicos en el mundo y las barreras arquitectónicas existentes para ellos. Es una de las pocas personas que, desde su trabajo, promueve el cambio social con en el fin de lograr una igualdad en las condiciones de accesibilidad y movilidad, en las normativas de fabricación y diseño en vehículos de transporte públicos y privados y en las políticas sociales y económicas para la integración.
“El proceso de adaptación al entorno social es importante desde la infancia. Cuando las deficiencias de los alumnos impiden una nula integración, se requiere una atención especializada”, asegura Juan Carlos Muñoz, maestro especialista de educación física. Mi experiencia se ha centrado en dos alumnas con Síndrome de Down que precisaban distintos tipos de adaptaciones para poder integrarse con cierta normalidad en su grupo. En estos casos las limitaciones eran tanto motrices como cognitivas. Igualmente, he tenido experiencia con un niño con Síndrome de Prader Willi que presentaba otras limitaciones motrices e intelectuales, aunque no tan significativas como en el caso de estas niñas”. Muñoz, al igual que Enrique González, lucha por conseguir una completa adaptación social, en este caso, buscada desde la infancia, algo muy a tener en cuenta dado el proceso de socialización que el niño tendrá que pasar. Tras el aprendizaje y la adquisición de una educación formativa llega el siguiente paso: la búsqueda de ayudas sociales para conseguir una gran meta: un empleo.

La acción social
A finales del 2009, la ONCE logró integrar en el mercado laboral a más de 99.340 personas con discapacidad y crear más de 4000 nuevos empleos. Igualmente, y según el acuerdo pactado con el Gobierno para los años 2004 – 2011, la fundación fomentó más de la totalidad pactada de empleo y realizó casi 146.000 acciones formativas, cuatro veces más del compromiso adquirido. Sin embargo, y en contrapartida, el año se cerró con una caída del 5,5% (unos 110 millones de euros aproximadamente) respecto al ejercicio anterior. La causa, el juego ilegal y el impacto de las nuevas modalidades de juego en internet sin regulación, algo que, por segundo año consecutivo, está perjudicando a la organización. “la ONCE dará los pasos precisos para poner en marcha canales físicos complementarios. Además, se adecuará el cupón de sábado –que ahora es un sorteo más de diario- para sumarse a la misma categoría del “Cupón Fin de Semana” que se sortea los domingos. Con estas medidas, queremos mejorar un 7% las ventas del próximo ejercicio y seguir afianzando el modelo de incorporación al empleo y cobertura social de las personas discapacitadas, de manera que se conviertan en una parte activa de la ciudadanía”, asegura la Fundación.
Por su parte, y ante este hecho, la comunidad de Madrid destinará, para este nuevo año, 390 millones de euros, de los cuales 9,7 millones irán destinados a la atención de personas con enfermedad mental crónica y discapacidad intelectual con graves trastornos de conductas y, 6,4 millones para garantizar la atención de los pacientes pertenecientes a centros de rehabilitación psicosocial y soporte comunitario de personas con enfermedad mental.

Ley empresarial
El trabajo es una de las mayores metas a seguir por parte de las personas discapacitadas. Para ello, la Ley 13/1982 de Integración Social de los Minusválidos (LISMI), vigila que las empresas con más de 50 empleados cuenten con un 2% de trabajadores discapacitados (porcentaje que se eleva hasta el 5% en el caso de las empresas públicas). Sin embargo, pocas empresas lo cumplen, en parte, debido al escaso nivel de vigilancia que existe sobre el cumplimiento de la normativa. La discapacidad se ha convertido en un prejuicio laboral, una forma de discriminación social que los grandes empresarios llevan a cabo a pesar de, más tardíamente, postularse a favor de una reforma social para la integración de discapacitados. Razón de ello se da en España, país que ocupa la posición 24 de la "Europa de los 25" en cuanto a integración laboral con personas con discapacidad.
A pesar de todo ello, existen una serie de ventajas laborales para las empresas que aceptan este compromiso, por ejemplo, la mejora de la imagen de la empresa, el acceso a los concursos públicos y el estímulo laboral que supone valorar el afán de superación que cada una de estas personas lleva a cabo. Sin embargo, estos no son los únicos beneficios que la empresa se lleva. A cambio, se nutre también de unas cuantías económicas, algo en contra de la moralidad de muchas personas. Como ejemplo puede verse que la empresa recibe una subvención de 3,097 euros por cada contrato celebrado a tiempo completo. De igual manera, se otorga una bonificación en las cuotas empresariales de la Seguridad Social, subvenciones para la adaptación de puestos de trabajo de hasta 901,52 euros y una deducción en el impuesto sobre sociedades por una cantidad de 6.000 euros por cada persona/año de incremento del promedio de la plantilla de trabajadores discapacitados contratados por tiempo indefinido.
Ejemplo de esta labor social es la Fundación Asturiana de Atención a Personas con Discapacidad (Fasad). Este organismo pretende que las personas que sufren algún tipo de discapacidad encuentren un puesto de trabajo, ya que han comprobado que después del periodo formativo no encuentran ninguna salida. Uno de los métodos que han utilizado es la creación de una empresa de servicios que contratará a minusválidos. Esta firma se denominará Albancia Sociedad Limitada y la plantilla inicial será de 12 profesionales.
La fundación cuenta con 11 profesionales con discapacidad que representan el 22% de los trabajadores. Además contrata a empresas que reservan cuotas para personas con esta problemática. Por otra parte, la fundación busca enseñar empleos mediante los cursos de formación ocupacional. En los dos últimos años han ofertado numerosos talleres de materias tan dispares como cocina, lavandería industrial, limpieza de muebles o manipulados de cartón. Estos cursos han contando con 102 alumnos”, alegó Pilar Rodríguez, Directora General de Fasad. Por su parte, Rolando Fernández, Director Gerente de la organización, añadió que en el año 2009, la labor en pro de las personas con discapacidad y su inclusión social atendió a un colectivo de 600 personas, algo bastante gratificante para todos aquellos que dirigen el proyecto.

Factor humano: mundos sin color
“Cuando salí por primera vez a la calle pude darme cuenta que las barreras a las que me enfrentaba eran mayores que yo. Mis piernas empezaron a temblar y estaba tan nervioso que casi me orino encima. Entonces pude darme cuenta de la gravedad de mi situación: mis ojos ya no veían”.
Vicente Espítia, Licenciado en Literatura Hispano Latina, recuerda con nostalgia los primeros meses acontecidos tras el atentado. Natural de Colombia, formaba parte La Juventud Comunista de su país, un grupo de jóvenes que, con tan solo 19 años, planeaban un proyecto cultural de construir un bar – café en el centro de Bogotá.
El día de su inauguración, Escobar se dirigía con prisa al establecimiento cuando un artefacto hizo su explosión. Un grupo de radicales intentaban impedir la apertura del local. Horas después, Escobar despertaba en el hospital. Unas oscuras sombras dificultaban su visión que, en meses, se convertiría en una ceguera total. La explosión quemó su retina y el nervio óptico creando daños invariables a cualquier operación. Con ello, este joven colombiano tuvo que empezar una nueva vida partiendo desde un lugar que a nadie gusta: la oscuridad. “Las ayudas sociales en Colombia son insuficientes. Mi país no se preocupa por la labor social hacia los discapacitados. Por eso vine a España. Quise enfrentar una nueva vida, un mundo diferente al mío. A día de hoy, creo que lo conseguí”, afirma Escobar orgulloso de su evolución.





azmín Botín, 18 años.

Por su parte y coincidiendo con él en el mismo colegio mayor, se encuentra Jazmín Botín, una joven canaria de 18 años que es ciega de nacimiento. “Mi madre dio a luz a los siete meses. Por suerte, nací completamente sana; sin embargo, una negligencia médica me impidió la visión. El exceso de oxígeno o la fuerza de la luz y el calor de la incubadora – nunca nos revelaron la razón exacta – me quemó las retinas. Mis padres no estaban preparados para esto; me sobreprotegían demasiado. Tuve que buscar la autonomía en varios internados de Madrid. Allí aprendí a desenvolverme por mi misma”. A pesar de todo, y pese a que existía la sospecha de que los médicos actuaron bajo los efectos de las drogas, los padres de Jazmín nunca interpusieron ninguna demanda al hospital, según ella “por la falta de medios e información del momento”.
Las discapacidades son, en cierto modo, una forma de mirar a la persona de al lado y ofrecer una mano de ayuda. Es cierto que las grandes organizaciones son las que regulan los grandes beneficios (o pérdidas) destinados a financiar la asistencia de muchas personas, sin embargo, la mayoría de barreras son puestas, en primera instancia, por la propia sociedad, la misma que hoy lucha por eliminarlas. Eliminando los prejuicios personales, se dará un paso hacia la igualdad; en su afán de superación, se encontrará la fuerza solidaria que empuja al proyecto solidario y, en sus pequeños pasos, podrá reflejarse la constancia que faculta el esfuerzo de personas verdaderamente capacitadas.

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El oficio de escribir

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Ya venía tanteando el tema antes de entrar a clase. Sabía que iba a contrarreloj, que tenía que sintetizar, llamar la atención de los alumnos y no parecer aburrida. Su mirada fue segura y sus palabras le siguieron; así, observando fijamente a un centenar de rostros expectantes, comenzó a hablar. De esta forma abordó la conferencia Mercedes López Suárez, Vicedecana de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. Con la premisa: “La interacción entre Literatura y Periodismo es un tema bastante controvertido; el debate está servido”, todos se sumergieron en la historia más profunda de la Literatura y el Periodismo, donde se puso de manifiesto que es imposible definir una u otra ciencia debido a que ambas dependen de su tratamiento, enfoque y exposición. Por tanto, partiendo de la idea de que “la literatura es un término que se escurre a la hora de ser definido”, se determinó que los escritores consagrados ponían su pluma al servicio de periódicos y revistas, idea siempre presente que ha sustentado todo el coloquio.

Es curioso pensar cómo grandes novelas, que bien pudieron ser best – seller en su época, eran utilizadas como reclamo publicitario para que la gente leyera una determinada publicación o, en su defecto, se suscribieran a la misma. Y es que el primer contacto que hubo entre el mundo de las letras de la ficción y el de la información tuvo una única función: canalizar la literatura a través del periodismo. Gracias a ello, la gran mayoría de personas, que eran analfabetas, tuvieron la oportunidad de acceder a la cultura y, aunque no sabían leer ni escribir, los jóvenes más cultos les relataban diariamente las historias, lo que, tal y como señaló la Vicedecana, López Suárez: “Favoreció un alto nivel de socialización”.

Inmersas en las faldillas de los periódicos, las obras literarias se adaptaron a un espacio determinado, lo que le permitió la segmentación y capitulación del relato, que trajo consigo el uso de una técnica hoy presente en la estructura narrativa: el cierre inesperado. Con ello, no solo se buscó suscitar el interés e inquietud de los lectores, sino que la tensión fuese tan fuerte que el lector quisiere comprar la siguiente edición de la novela y, por tanto, la siguiente edición del periódico. Esta técnica fue desarrollada por Eugenio Sue, autor de “Los misterios de París”, obra adaptada al espacio del periódico que, por primera vez, generó serialidad. Estaba destinada a un auditorio amplio, tenía una escritura dinámica y economizada que prestaba gran atención a la parte sintáctica y morfológica: oraciones breves que no se perdieran en la adjetivización inútil; concisas, para no perder espacio ni la comunicación con el lector y, de gran impacto, que aludían, en este caso, a la geografía parisina y a la parte emotiva y sentimental de los lectores. Ejemplo de ello es la publicación periodística del Lazarillo de Tormes, obra fácilmente adaptable por su fragmentación y su interna voz de denuncia social y crítica.

La novela, como género, tenía que durar mucho porque de su permanencia dependían las ventas del periódico. Así lo explicaba la Vicedecana de Ciencias de la Información: “La novela es el eje principal de la historia, como un tronco común del cual se derivan historias paralelas que hace que se complique la acción, por tanto, que añadan más interés a la trama”. El problema es que, como ha pasado en algunos fracasos literarios, el lector se olvidé de lo leído o, simplemente, se aburra. Ante ello, se introduce la fórmula de “como el lector recordará…” y se introducen nuevas tramas y personajes, lo cual según López Suarez:“Garantiza la confianza del propio lector”.

Escribir es dejarse llevar sin saber a dónde, como un viajero en una aventura que descubre nuevos mundos y personajes que habitan esos extraños lugares. El escritor tiene la función de vivir una experiencia que nace del mundo de la imaginación (que a su vez tiene un trasfondo real) y de contar, de la forma más exacta e interesante, su “vivencia” a un lector interesado en conocer y vivir, a través de las palabras, un viaje que, aunque inexistente a la vista, es visible al conocimiento. Ni el propio Sue sabía a dónde le llevaba este viaje, pero, según confesaba un amigo suyo en sus memorias, disfrutaba de la aventura descubriendo, casi al tiempo del lector, qué iba a pasar. Se presentó casi de forma inevitable para la Vicedecana, aunque ya lo tuviera preparado, amenizar su discurso con uno de los escritores españoles que ha servido como autor modelo de la Literatura. Se trata de Larra, un literato decimonónico que parece dar las claves del desinterés cultural de la sociedad actual en su artículo “¿No se lee porque no se escribe o no se escribe porque no se lee?” publicado en “El pobrecito hablador”. Tal y como subrayó López Suarez: “Mediante la ironía intentó criticar que los periódicos habían perdido su funcionalidad pedagógica. Si se contrataba a redactores con estudios y cultura, había que pagarles más y, por tanto, se sostenían menos beneficios… por eso optaban por contratar a personas cuyo nivel cultural era mucho más bajo. Así, poco a poco, el periódico perdió su carácter docente” ¿Puede ser esa la razón del analfabetismo socio – cultural que existe actualmente? ¿Es la tecnología buena para la difusión de la cultura o el continente difumina la trasmisión del contenido? Aunque la profesora López Suarez no remarcó este tema con suficiente interés, se trata de algo de máxima importancia y actualidad, ya no solo por el debate entre soporte papel u online, sino por la forma de acercarnos al mundo de la ficción o de la información y las alternativas tecnológicas que nos distraen y vinculan más al ocio que a la cultura. Ahora bien, y aquí sí que la conferenciante quiso hacer hincapié, si hay un escritor que representa exactamente lo que es “observar y escribir con precisión”, definiendo casi sin querer la figura del periodista, es Ítalo Calvino, un autor cuya escritura tiene múltiples lecturas. Hace uso de su experiencia para poner de manifiesto su arte, estructuras breves, fantasía e, incluso, ilustraciones, hasta que empieza a publicar sus primeros cuentos.

Kapuscinski, opinaba que el periodista reprime el mundo de la imaginación por el de la mera información, pero que dentro de él subyace la necesidad de dar voz a ese mundo que, en la redacción actual, aparentemente, no tiene cabida. El vínculo entre literatura y periodismo se ve más fragmentado que nunca, hasta parecen dos mundos diferentes que cohesionan en el intercambio de uno por otro o cuando el uno trata sobre el otro. Sus autores han caído en los dinamismos temáticos o estilísticos. Parece que ya todo está creado y es imposible innovar desde estas disciplinas; sin embargo, no es así. La tecnología, bien usada, puede servir para reforzar la interconexión entre ambos mundos ya que, como bien concluyó López Suarez: “La trascendencia sobre un tema tiene su origen en la reflexión previa del mismo… al fin y al cabo, escribir es algo que cualquiera puede hacer, pero escribir bien es un don, una virtud que no todos dominan”. El buen lector, tanto de información como de historias que nacen de la imaginación, sabe cuando algo ha marcado su vida y le ha resultado trascendental… por algo escribir es un oficio reconocido.



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9 euros y 3 minutos

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Hoy estaba mirando mi DNI y me he dado cuenta que alguien que se llama exactamente igual que yo… ¿Qué curioso, no? Dos nombres y apellidos compartidos por dos personas totalmente diferentes… me pregunto cuántas María García o Ana Pérez habrá en España… pocas, seguro (ironía). Ahora bien, ¿Te imaginas que me presento en tu casa diciéndote: “Hola Jose, me llamo exactamente igual que tú y me dedico a la pornografía… Así que ahora nuestros nombres y apellidos serán mundialmente conocidos…”? Ya puedes olvidarte de tu reputación… Pero y si llego a tu casa y te digo: “Maricarmen, como no has pagado por tener tu nombre y apellidos, me lo voy a quedar yo y lo voy a vincular con todas aquellas cosas que te avergüenza” ¿Imaginan que todo esto fuere posible? Pues, queridos lectores, muy a vuestro pesar he de deciros que sí, esto se puede hacer y está a la mano de cualquiera que quiera invertir 9 euros y 3 minutos. Solo tienen que poner al final de sus apellidos un puntito y tres letras “c – o – m”, en su defecto, si eres tan rácano como yo, solo dos: “e – s”. La personalidad de alguien es de suma importancia, tanto en este mundo como en el cibernético. Saber quién eres es tan importante como que los demás lo sepan, ya que como seres humanos no nos queda de otra que ser sociales y sociables. No es un secreto que las nuevas tecnologías avanzan a tal rapidez que en tan solo 20 años han ocupado más de 70% de nuestras vidas. Dependemos de ellas e influyen en quiénes somos. Es por esta razón por la que debemos tener claro nuestra presencia en el mundo interactivo de la red, porque si damos un curriculum el día de mañana a una empresa importante y se dan cuenta de que tenemos página web propia, aportaremos un valor añadido a nuestra imagen y tendremos más posibilidades de ser seleccionados, algo que, en un momento de crisis como este, viene bastante bien.
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Cronos demencia

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Tic, tac, tic, tac… ¡Maldita sea! ¿Dónde te escondes? Ese estúpido reloj es quien me quita el sueño por las noches. Me roba la cordura y la razón y me hace vagar como ánima sin rumbo por esta blanca habitación. Es un inútil instrumento que, una vez más, se ha creado in memoriam del miedo. Si, he dicho bien, el hombre es un ser lleno de terror que se asusta con facilidad cuando lucha contra lo que no ve. Por eso quiso darle forma al tiempo y creo un instrumento al que llamó “reloj” ¿Y para qué poner nombre a las cosas? Porque el hombre no sabría vivir un mundo lleno de objetos que no conoce porque de otra manera se sentiría inseguro. Sí, somos seres egoístas, incapaces de transgredir normas sociales, primitivos en nuestra condición y desconocidos para la realidad. Independientes por naturaleza, si es que aún se la puede llamar así… Porque, para una cosa que no controla el hombre, está poniendo mucho empeño en destruirla… Es puro egocentrismo, aquello que él no ha creado es lo único que no cuida ¡Necio! ¿No te das cuenta que tu supervivencia depende de la vida que le quede a este estúpido planeta? Puede que no te guste en lo que se ha convertido, pero ¡el responsable de eso eres tú! ¡Culpas a todos de no eliminar CO2 y luego vas en coche para ir a trabajar y ahorrar tiempo! Aunque claro, visto de otra forma, más que ahorrarlo, se lo está quitando al resto de mortales… Qué locura… Tic, tac, tic, tac… ¿Has vuelto? Creí que no lo harías. A veces olvido que la presencia de ese sonido y justo entonces, como con rabia, se manifiesta con más fuerza… En fin, escribir esto ha sido un buen desahogo. Tomaré mi pastilla e intentaré hacer otra cosa que me distraiga de ese tintineo constante, al fin y al cabo, seguro que hay otras maneras de matar… el tiempo, claro.

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El poder de leer las mentes

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Pan, huevos, leche, galletas… sí, esta podría ser mi lista de la compra, pero ¿qué pasaría si las dependientas de la tienda a la que voy a comprar han estudiado mi comportamiento e intentan venderme más de lo que debo consumir? Muy simple: que mi bolsillo se resentiría y notaría las repercusiones. Es verdad que todos hemos hecho una compra en la que hemos adquiridos más productos de los que realmente necesitábamos, quizás sólo por darnos un pequeño lujo. Pero, aún así, cada vez que compramos, conservamos ese libre albedrío, para muchos innato, de adquirir los productos que queramos en el momento que nos apetezca… claro que, a lo mejor, esto es una práctica a la que ya debería referirme en pasado…

Las grandes empresas siempre han estudiado los comportamientos del consumidor con un solo fin: buscar la causa por la que éste consume un producto u otro. Juega con los “stands” en los que coloca distintas marcas a la vista (o no) del consumidor, con la colocación de productos complementarios en largos pasillos que hay que atravesar solo para poder llegar a los productos básicos e incluso, hace uso de elementos no concebibles a nuestro subconsciente para determinar nuestro comportamiento dentro del mercado, porque ¿alguien se ha planteado por qué razón el Corte Inglés no tiene ventanas? Claro, sin vistas al exterior, el tiempo de compra sólo depende del ritmo al que suene la música de fondo que, sin más, es la que inducirá la prisa del consumidor.

Sin embargo, todo este proceso de marketing, que utiliza la psicología inconsciente del hombre, ha dado un paso más allá en sus investigaciones y ha pretendido llegar más lejos; ahora, quieren leer nuestra mente, y no en sentido figurado. El Neuromarketing es una práctica cada vez más diaria en la que un grupo de especialistas, mediante una serie de instrumentos médicos, intentan ver qué partes del cerebro se activan al visualizar un tipo de producto u otro. Por ejemplo, las ventas de Coca Cola son mayores que las de Pepsi, sin embargo, en el subconsciente humano, se prefiere antes Pepsi que Coca Cola ¿por qué se lleva entonces una conducta contraria en el proceso de compra? Eso es lo que el Neuromarketing pretende averiguar. Si estos datos, aparentemente informativos, pudieran ser utilizados por las grandes empresas sólo para inducir a los compradores a comprar más sin que estos sean conscientes de ello ¿dónde está nuestra libertad de elección? Prestarse o no a la realización de estos estudios puede ser algo libre, pero ¿tiene la sociedad derecho a actuar con un comportamiento único, propio e individual para decidir si quiere o no que se la psicoanalice para conocer el funcionamiento de las distintas mentes de los consumidores en el momento de la compra? Si queremos convertirnos en personas consumistas (más de lo que somos) y utilizar la ciencia, ese instrumento que el hombre a utilizado para su beneficio, ahora, en beneficio de las grandes multinacionales y en perjuicio del hombre de a pie, el Neuromarketing podría revelar que las decisiones de compra tienen un carácter trascendental, un sentido que podría ser orientado sólo a la merced económica de las empresas y que podría llegar a convertir las necesidades humanas en caprichos efímeros de un consumidor sin que éste tenga ni idea de que están jugando con su mente.

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Doce prósperas uvas

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Faltan unos minutos para que los cuartos recuerden que doce campanadas anunciarán el nuevo año. Miro a mí alrededor y veo que todos preparan sus uvas para intentar, aunque sea un año, comerlas en doce segundos… una Nochevieja más, sé que no lo van a conseguir… Sin embargo, todos tienen un propósito de año nuevo, un deseo que quieren hacer realidad y por el que se desvivirán las dos primeras semanas. Todos anhelan algo, aunque directamente no sean para ellos, incluso los más atrevidos hacen una lista con lo que quieren cumplir y lo que quieren dejar a un lado. Yo era uno de esos, lo era hasta este año. Mientras todos continuaban pelando sus uvas, yo me regocijaba y en mi lista, este año, sólo había recuerdos felices… si, hice una lista, pero de agradecimiento.

Me di cuenta que mis navidades tenían su principal fundamento en el qué me regalarán este año, y se convirtieron en esas fiestas consumistas a las que los grandes mercados, mediante una tipificada publicidad navideña, inducen. Pero, mientras miraba a mi padre, recordaba su esfuerzo y, al observar a mi madre, veía la paciencia reflejada en su mirada. Ambos se desvivieron por mí dándome lo mejor que tenían. A su lado, mis hermanos, aquellos con los que he tenido disputas comparables a guerras civiles caseras y, a la vez, tan fugaces, que al día siguiente ya estaban olvidadas. En sus sonrisas veía el apoyo, los buenos y malos momentos que hemos pasado, y que, a pesar de las circunstancias y dificultades, aún nos mantiene juntos. Y cómo no, esa abuelita entrañable que recogía la mesa mientras todos preparan sus uvas… ella nunca se las come, prefiere ver nuestra cara de ilusión mientras nosotros seguimos las campanadas… su mirada de sabiduría me enseñó el valor de esta reflexión y me hizo aprender de mis errores. Me di cuenta que la familia era mi gran regalo navideño…

Los cuartos ya han terminado, suena la primera campanada, y me ha llegado un mensaje al móvil. Es mi mejor amigo. Me recuerda que un año más está a mi lado y por ello me da las gracias. La segunda campanada me hace recordar a la chica que me gusta y mi corazón da un vuelco. La tercera, me hace mirar hacia las copas de champán que hay en la mesa. Sé que soy una persona privilegiada por todo lo que tengo, y por ello, doy gracias a Dios. La cuarta, me susurra con sigilo que con esfuerzo se cruzan las metas que son marcadas; la quinta, que los sueños se cumplen, y la sexta, que no hay mal que cien años dure. Con la octava, me doy cuenta que lo errores nos hacen aprender, y con la novena, que las pequeñas cosas son las que más valor tienen. Ya solo quedan dos campanadas ¿qué más puedo aprender? Aprendí a terminar este artículo dándome cuenta de que el secreto de la vida es buscar tu felicidad en la felicidad de los demás y que, si hacía saber esto a los habitantes de mi ciudad, estas navidades serían diferentes. Las luces que adornan las calles, iluminarían sus vidas; el calor del hogar, calentaría sus corazones y, en esta ocasión, con la última campanada, habría cumplido el propósito que siempre he buscado: ser, sin más, feliz.

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Información y Poder

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Los medios de comunicación tienen una fuerte influencia sobre la sociedad. La agenda setting determina, de todas las noticias que llegan a una redacción, qué temas son importantes y cuáles deben ser conocidas. Su premisa es muy clara: “lo que no se publica, no existe”. La manipulación informativa, en el sentido menos negativo, siempre está presente, desde la selección del tema hasta el tratamiento informativo y su posterior interpretación por parte de un lector o espectador. Pero hay un aspecto oculto tras todo esto, algo que se esconde y se vincula equívocamente bajo la “ideología” del medio en sí. Si analizamos, por ejemplo, una huelga que desemboca en una violenta batalla entre manifestantes y policías, un periodista, como informador, puede describir los daños causados, el número de heridos, el trato de las autoridades policiales a los manifestantes y sus derechos a expresar libremente su opinión. Puede resaltar mil aspectos más, pero, en estos casos, es muy visible que, con normalidad, a lo que menos atención se presta es a tratar las razones por la que se ha dado esa manifestación, es decir, a analizar los motivos que han llevado a que un determinado sector o gremio a salir a la calle a reclamar unos derechos que, por una determinadas y no siempre conocidas causas, no tienen; en otras palabras, la imagen del día se convierte en un elemento morboso que vence a la búsqueda de la causa y se centra en la consecuencia incurrida. Este es un simple ejemplo que pone de manifiesto que la libertad de expresión de un periodista viene delimitada por el medio y que, a su vez, el enfoque informativo del medio dependerá en gran medida del grupo empresarial que lo subvencione y de los intereses por los que estos velen. Por tanto, se podría decir que tras la famosa “ideología” se esconde un monopolio empresarial que rige, de manera directa y sutil, qué debe conocerse, qué enfoque debe dársele a la noticia y cuál debe ser la imagen que la va a representar. Por su parte, los distintos medios informativos, bajo una rigurosa competencia, debe atenerse a estas indicaciones por razones económicas, en primer lugar, y lógicas, en último, pues si todos informan de lo mismo, es peligroso sacar los pies fuera del tiesto. Al final, y como consecuencia de todo esto, el mundo de la información se ve dirigido por unos pocos que tienen mucho capital, poder e influencia para determinar qué es noticia y cómo hacerlo llegar a los medios que, unidos a ellos por fuertes lazos, siguen sus pasos mediante el tratamiento informativo del periodista. Y éste, por su parte, siguiendo el rastro que un día dejó en él la vocación, lanzará de manera directa una conclusión final al usuario a la par que se sentirá orgulloso de su publicación y, cuán defensor de un ideal, se condenará bajo las palabras de Carlos Ruiz Zafón en El juego del Ángel: Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia… ni la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura sea capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable trozo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma ya tiene precio..."
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El negro panteón del interés humano

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Partiendo de la insensatez y volviendo a la realidad es muy delgada la línea que separa estos dos grandes campos de batalla que se han convertido en dos inmensos mundos por cuyos portales vaga la humanidad en busca de respuestas a la pregunta de qué hacer para dominar este inmenso bálsamo de desperdicio social, un simple reflejo de la destrucción que el propio hombre ha logrado gracias al consumismo, el poder y la ambición por el control. Es cierto que éste mundo se hace llamar “planeta azul” pero, si profundizásemos aún más en nuestro propio entorno, bien se podría cambiar este apelativo por “planeta negro”; no sólo por la contaminación que cada día llama a la puerta de nuestra casa con la esperanza de contemplar un mundo mejor, más limpio y respetable, sino por el espejo de degradación humana en el que el propio hombre mira.


Vivimos en un vórtice de interrogantes cuyas réplicas quedan en el aire. En su interior, el hombre no es capaz de habitar en lo desconocido; necesita saber, tiene ansias de conocer y cuando no puede hacerlo, crea de la nada una categorización para denominar un origen a las cosas y encuadrarlas en su conocimiento ¿Es una forma de callar el miedo a lo desconocido? No. Es afán de dominio, una ambición que nos ha engañado siempre, desde el principio de los tiempos, manifiesta en la ley económica fruto del ‘crack del 29’. Esta dice que las consecuencias de una falsa afirmación pronto brillan con luz propia y que, ante una mentira, las consecuencias que se derivan de ella crean realidades que hace que la primera y falsa premisa sea veraz… ¿Qué estamos haciendo entonces? Muy sencillo: crear el panteón del interés humano.


Ante estas reglas del mundo (pautas que nadie ha puesto pero que están ahí) cada individuo crea su propia teoría; por decirlo de algún modo, es la revelación ante las personas que por su afán de controlar todas estas circunstancias, y con ello dominar la situación y a todos los que se encuentra en ella, dan poder y control a aquellos que, o bien buscan de manera inconsciente una justicia igualitaria no materializada en el ambiente o, simplemente, por conseguir sus propios intereses, se levantan ante su adversario como animal que libera una lucha por la supervivencia. Es un círculo vicioso infinito en el que el hombre prefiere pensar que siempre tropieza con la misma piedra en lugar de creer que posiblemente tenga la piedra encadenada a un tobillo y que, en verdad, es prisionero de sí mismo. Pero hay algo muy importante en todo esto ¿Cuál es la cadena que ata al hombre a esa gran roca que incesantemente y de manera inconsciente arrastra cuán castigo le hubieran impuesto? El dinero.


No es posible dar una concreta solución que redujera este problema a una eficaz respuesta, incluso este escrito quedará como simples y acordes palabras grabadas en un trozo de papel que, aunque el viento no llevara, el recuerdo borraría y el olvido mataría sin condición. Sin embargo, es demasiado tarde; el mundo ahora es un río desbordado que ha perdido su caudal fijo y nos ha convertido en víctimas de lo que hoy somos: ¿Juez y parte? No. Víctima y verdugo.

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Amarga carta de una conciencia

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No se quien dijo eso del "carpe diem", pero estoy seguro que aquella persona no se paro a reflexionar en lo efímero de cada momento, en cómo el tiempo borra y sobrescribe encima de nuestras vidas, a veces de forma afectiva, en ocasiones de manera violenta.

Represento a la cara más amarga de esta fugaz vida, a ese no poder volver atrás y cambiar lo que hiciste mal... porque solo tienes una oportunidad y la mayor parte de las ocasiones, un alto porcentaje de veces, no actúas como deberías. Entonces, y solo entonces, descubres que esa persona no es la misma que un día se miró al espejo dispuesta a comerse el mundo, que te sientes arrastrado a ninguna parte, engañado por un incierto futuro que se manifiesta en un tiempo transparente, como una hoja en blanco que espera ser escrita, pero que solo acabará conteniendo tachones de errores que esperan ser cometidos. Porque de los errores se aprende, pero siempre queda una mancha, un tachón que el amargo tiempo, a pesar de su versátil intento de avanzar, tiene la odiosa capacidad de detenerse para traer el fatídico recuerdo de ese día en que no supiste ser tú, ni marcar tus valores... ni siquiera tu moral... no hablo de filosofía ni de ética, hablo de ese atractivo "dejarse llevar", divertido en el momento, pésimo en el recuerdo...recuerdo de hacer lo que nunca harías, de ceder inultamente ante la idea de algo nuevo, algo que simplemente viene a recordar que ese no eres tu y, entonces, solo entonces, cuando te miras al espejo, ves a la persona que nunca quisiste ser, cierras los ojos y, con esperanza, intentas buscar dentro de ti. Si, ahí encuentras un rayo de luz desesperado en marcar quién eres... pero vuelve el villano tiempo, ese maldito "carpe diem" que ya ha conseguido arrastrarte lejos de las fronteras de tu mundo. Ahora navegas en aguas internacionales, dónde cualquier pirata puede abarcarte, entre dos mundos: el tuyo y el resto; en la inmensidad del agua, solo, temeroso... Desesperado, y en un intento de gran agobio, a sabiendas que hay tierra debajo del agua, te decides buscar lo bueno conocido que lo malo por conocer. Te sumerges y buceas... buscas una superficie lisa que te permite ir a donde quieres llegar... pero en el intento, vano en si, pierdes el sentido... ahora es la corriente marina la que te lleva, la que te aleja... te has perdido degradando lo único que tenías con valor: tu dignidad... ahora eres tu propio enemigo. Tu solo te has hecho esto y, desgradaciadamente, tu solito tendrás que arreglarlo... porque al fin de cuentas, tu eres único que te queda... aunque a veces, ni eso...

Claramente, yo soy la cara más amarga de esta fugaz vida, la que te recuerda lo que no eres y un día quisiste ser en un intento desesperado de encontrarte, la que te arrojó al suelo porque tomaste el camino equívoco y cuyas heridas después lamentaste... Yo soy esa voz que te intenta guiar y que tú ignoras para seguir otras voces... Ahora me ves como la mala, pero si me hubieras hecho caso, no estaría escribiendo esta carta en este momento... pero claro, es más fácil echarle la culpa al fugaz y efímero tiempo que a todos vacila... Aquí terminan mis palabras, pero mi mensaje continua y cuando quieras dejar de oírlo, solo conseguirás aumentar su intensidad... se apagará cuando te quieras situar bajo el rayo de luz con el que intento iluminarte... búscalo y lo encontrarás... pues mi voz ya la has escuchado.

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Cambios socio - darwinistas

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Es curioso ver como la vida está compuesta por etapas que marcan y apuntan hacia unas pautas rutinarias que seguir; sin embargo, a menudo, se producen cambios menguantes que declinan y renuevan a un estadio posterior. Son en esos momentos cuando caemos en una especie de letargo y contemplamos de frente el espantoso rostro del hado Cronos que, deteniéndose a nuestro lado, nos mira desafiante intentando retarnos con desdicha, como si quisiera burlarse banalmente del descanso que los más estresados anhelan vivir. Entonces, con miedo de seguir contemplando ese inexpresivo semblante, miramos a nuestro alrededor y descubrimos que nuestro breve estacionamiento en la calzada no detiene el rumbo de los demás… todos siguen con sus vidas, con sus etapas y sus rutinas… que la nuestra se haya roto, no llama la atención de nadie… solo indica que es momento de buscar nuevos cimientos para reconstruir nuestro futuro.
Es la práctica constante y subconsciente de un hábito la que marca nuestros pasos por ese sendero rutinario que hace que busquemos la mejor posición para acomodarnos en él; salir de la rutina impone temor y respeto, dos valores tan señalados y remarcados que dibujan los trazos rectos del plano de nuestro porvenir. De esa manera, buscamos hacer de lo diario el confort al que, de alguna manera, estamos atados por obligación, pero que, para poder sobrevivir y hacernos más fuerte que su atadura, lo barnizamos y le damos un mejor diseño, tomando la vil conciencia de que es nuestra mejor creación, una obra de arte. La paradoja comienza cuando la aparente perdurable etapa a la que estábamos sometidos acaba y comenzamos a sentir ese pequeño pinchazo en nuestro interior; es como si esa creación comenzara a asfixiarnos, como si el alma se retorciera en nuestro interior y necesitásemos finiquitar su estancia; entonces, el hábito se difumina en su trazo y casi desaparece ante un nuevo fondo que exige nuevos contrastes. Así, buscamos los mejores tonos y matices, disfrazamos la necesidad de vínculo vital con acentos melodiosos de búsqueda, de cambio, eso sí, a un ritmo marcado, está vez, por nosotros mismos… ¿o no? Porque, sin duda, al final es la sociedad la responsable de empujarnos violentamente hacia la búsqueda de un descanso que, cuando encontramos, se convierte en algo tortuorio que exige un nuevo comienzo, un renacer que remarque nuestra identidad. Es una solitaria exploración que debemos hacer de la mano de la esperanza, el sentimiento más insolvente para un cínico y el más recurrido por un escritor.
Conseguir recuperarse, retomar las riendas y ser amos y dueños de nuestro devenir; esto es, tener el control (algo que siempre ha apasionado al ser humano) y poder utilizarlo para llegar a donde pretendemos, es hacer de nuestro cambio, un éxito, algo que será admirado por los demás, elogiado por todos y envidiado por nuestros enemigos. Lo contrario a esto, supondría un fracaso desmoralizador que perturbaría nuestro “modus vivendi” a corto o largo plazo, dependiendo de las proporciones que hayamos intentado dibujar. Su recuperación o rumbo tomado a partir de ello supondrá el nuevo camino que nos conducirá o retomará a un nuevo o ya vivido estilo de vida que, de seguro, nos infundirá la rutina necesaria para sobrevivir. De esta forma, el darwinismo social se convierte en la única ley sostenible por si misma y que establece que entre la selva de saberes y hábitos sociales, políticos y económicos, predominantemente, dominará y sobrevivirá solo el más fuerte. Quizás sea este el mayor fundamento para dar un nuevo paso hacia un futuro desconocido cuya construcción aún esta en nuestras manos, o al menos, eso pensamos.

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El Código de los Colegas

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Los sociólogos más ilustres de la historia muestran que, en el proceso de socialización, la personalidad del individuo se forma con la ayuda de grupos que acaban formando parte de él, grupos con los que unen lazos de interacción y que le guiarán durante gran parte de su vida. Sin embargo, para que estos grupos se formen, se necesita algo más que la simple coincidencia en determinadas aptitudes vitales, véanse: gustos similares, compartir profesión o, sin ir más lejos, tener más o menos la misma edad… Estoy hablando de un nexo, una característica lo suficientemente valiosa y especial para que, el simple hecho de ser compartida, pueda unir a dos personas… al fin de cuentas, dicen que la amistad es un alma compartida por dos individuos…

El caso es que tengo un amigo (y con este artículo se dará por aludido) que me tiene un tanto desconcertado. Hasta hace unas semanas, no encontraba el nexo de nuestra amistad… es decir, no tenemos la misma edad (aunque le pese, él es más viejo que yo), sólo hemos trabajado juntos 13 días (y ni siquiera consecutivos) y, aproximadamente, nos separan 350 kilómetros. Él pertenece a una asociación de animales y tiene varios perros, yo ni quiera tengo mascota (incluso creo que los perros, por alguna razón, me odian), creo recordar que nunca hemos salido de copas (aunque si a tomar algún café… uno…) y bueno, la verdad, es que es bastante crítico conmigo… más bien con mis artículos de opinión (aunque algo me dice que con este será diferente
Lo que vengo a decir es que un día, entre el “mucho ruido y las pocas nueces” le reté a someterse a mis artículos y, sin dudarlo, aceptó. La sorpresa fue que el reto me lo estaba poniendo a mí mismo porque, por más que reflexionaba sobre qué era lo que nos unía, poco encontraba. Para mi sorpresa, mi respuesta llegó desde EE.UU, más concretamente desde la CBS, gran cadena de televisión. Con una de sus series pude darme cuenta de que la sociología no es de todo incierta y que compartimos algo que nació exactamente el 4 de Julio de 1776. Algo tan mítico como “El Código de los Colegas” también conocido como “The Bro Code”. Escrito por Barrabás Stinson, descubrí que damos un uso deliberado a la palabra ´colega´. Muchos la utilizan como sinónimo de “tío”, pero si algo me ha enseñado la amistad de la que hablo es que un colega puede ser un tío, pero un tío cualquiera no es un colega. Según este código, hay cosas que solo un chico sabe (sin ánimo de ofensa al colectivo femenino) me refiero a que hay ciertas normas que, a modo de acuerdo universal de un convenio nunca creado pero existente, está presente en la vida un hombre y que solo puede ser transferible a un colega. Hasta hace unos meses, yo desconocía este código, pero cuando me di cuenta de que A.C. (son las siglas de mi amigo. No pongo su nombre para no darle publicidad) lo seguía, entendí que hay locuras que el por el hecho de no hacerse, estaríamos cometiendo una locura mayor… Por esa razón, decidí adentrarme en el mundo de los verdaderos colegas y sus códigos. No puedo decir que mi estudio haya concluido, porque el material del que dispongo está en inglés y, a decir verdad, me está llevando su tiempo, pero también es cierto, y aquí encuentro el nexo con mi colega, de que no necesito el conocimiento de la norma para el entendimiento de su causa, ya que hay amistades que, por alguna razón innata, vinculan, haciendo de un colega un hermano y, de éste, un ´bro´. Asombrosamente legen…dario.

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