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Información y Poder

Los medios de comunicación tienen una fuerte influencia sobre la sociedad. La agenda setting determina, de todas las noticias que llegan a una redacción, qué temas son importantes y cuáles deben ser conocidas. Su premisa es muy clara: “lo que no se publica, no existe”. La manipulación informativa, en el sentido menos negativo, siempre está presente, desde la selección del tema hasta el tratamiento informativo y su posterior interpretación por parte de un lector o espectador. Pero hay un aspecto oculto tras todo esto, algo que se esconde y se vincula equívocamente bajo la “ideología” del medio en sí. Si analizamos, por ejemplo, una huelga que desemboca en una violenta batalla entre manifestantes y policías, un periodista, como informador, puede describir los daños causados, el número de heridos, el trato de las autoridades policiales a los manifestantes y sus derechos a expresar libremente su opinión. Puede resaltar mil aspectos más, pero, en estos casos, es muy visible que, con normalidad, a lo que menos atención se presta es a tratar las razones por la que se ha dado esa manifestación, es decir, a analizar los motivos que han llevado a que un determinado sector o gremio a salir a la calle a reclamar unos derechos que, por una determinadas y no siempre conocidas causas, no tienen; en otras palabras, la imagen del día se convierte en un elemento morboso que vence a la búsqueda de la causa y se centra en la consecuencia incurrida. Este es un simple ejemplo que pone de manifiesto que la libertad de expresión de un periodista viene delimitada por el medio y que, a su vez, el enfoque informativo del medio dependerá en gran medida del grupo empresarial que lo subvencione y de los intereses por los que estos velen. Por tanto, se podría decir que tras la famosa “ideología” se esconde un monopolio empresarial que rige, de manera directa y sutil, qué debe conocerse, qué enfoque debe dársele a la noticia y cuál debe ser la imagen que la va a representar. Por su parte, los distintos medios informativos, bajo una rigurosa competencia, debe atenerse a estas indicaciones por razones económicas, en primer lugar, y lógicas, en último, pues si todos informan de lo mismo, es peligroso sacar los pies fuera del tiesto. Al final, y como consecuencia de todo esto, el mundo de la información se ve dirigido por unos pocos que tienen mucho capital, poder e influencia para determinar qué es noticia y cómo hacerlo llegar a los medios que, unidos a ellos por fuertes lazos, siguen sus pasos mediante el tratamiento informativo del periodista. Y éste, por su parte, siguiendo el rastro que un día dejó en él la vocación, lanzará de manera directa una conclusión final al usuario a la par que se sentirá orgulloso de su publicación y, cuán defensor de un ideal, se condenará bajo las palabras de Carlos Ruiz Zafón en El juego del Ángel: Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia… ni la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura sea capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable trozo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma ya tiene precio..."

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