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Alerta OVNI 2012: experiencias de un observador.

Siempre he sido un escéptico a la hora de pensar en la posible existencia de vida extraterrestre. De hecho, he de decir que nunca negué tal creencia, pero sí que dudaba de que fuera visible o palpable desde nuestro mundo, cuánto más, mucho menos comunicable con el ser humano. Nunca he visualizado ni sentido miedo por algo externo a nuestro planeta que pudiera hacerse llegar en forma de luces en movimiento sobre nuestros cielos. Pero hoy, tras esta noche de Alerta OVNI en Milenio 3 he descubierto que "siempre" y "nunca" son términos tan variables e intermitentes como la idea de la posible existencia de "Objetos Voladores No Identificados" dentro o fuera de los límites de nuestro mundo.





Todo comenzó, tal y como relata la página web oficial del presentador de Cuarto Milenio (http://www.ikerjimenez.com/ao2012/) en una madrugada del 15 de Agosto de 1979. Fue entonces cuando se concentró la mayor Alerta OVNI que congregó a más de 11 millones de oyentes en Cadena SER, lo que viene a ser más de media España que, literalmente, miraba al firmamento. Hoy, 33 años después, y con algunas alertas hechas ya por el camino, Valladolid acoge a lo que bien podríamos llamar "la cúpula del misterio" junto con todos sus trabajadores y colaboradores para proponer una idea que bien podría parecer algo simple pensándolo muy poco: mirar al cielo. 


Durante tres horas y media, no solo toda España, sino casi todo el Mundo miraba al firmamento y compartía su tiempo. La razón era descubrir algún OVNI en acción. Yo, por mi parte, creía que esto era algo excitantemente curioso: sentir la conexión con todas esas personas que, desde puntos muy diferentes del planeta, decidían ponerse de acuerdo para hacer algo tan simple como mirar más allá de uno mismo y alzar los ojos al cielo,  ese gran manto que cubre al ser humano y que tantos secretos e incógnitas esconde.

Sí, para muchos era algo inconcebible y fácilmente tachable de montaje o manipulación; pero para otros simplemente era una forma de abrir la mente sin cerrarse a lo desconocido. La pregunta era simple ¿Cuesta más opinar sin conocer o conocer para opinar? La respuesta es que a veces lo más fácil no es lo más sabio. Sin embargo, la conclusión era clara: la sabiduría no es un bien de valor que interese a todo el mundo... En casos como éste, muchos prefieren vivir tranquilos en una reconocida y aceptada ignorancia.


Yo, por mi parte, junto con un par de especiales amigos, he decidido tirarme a esa piscina de creencias desconocidas y, por un momento, dejarme llevar en las tibias y espesas aguas del misterio que a veces tanto pavor provoca a la sociedad. He nadado entre ellas y buscado más allá de las estrellas, de las nubes y del color de la luna, sumergido en la oscuridad que me atrapaba en una zona donde la luz de la ciudad no contaminaba el cielo. 

A medida que nuestra capacidad visual descendía en función que la luz desaparecía, todos nuestros sentidos se acentuaban velozmente provocando que nuestra mente viviera en plena sugestión. Cualquier ruido lejano parecía estar a unos metros y cualquier luz en el cielo podía ser cualquier cosa. Es cierto que hemos pasado miedo; sinceramente, más por lo que imaginábamos que podía haber entre las sombras de los árboles que nos rodeaban que por lo que podríamos llegar a ver con nuestros propios ojos. Pero tras enfrentarlo, entendíamos que el miedo no dejaba de ser una sensación más que podía ser vencida siendo previamente aceptada bajo la siguiente premisa: "Si tememos, es que creemos. Por tanto si creemos, esperaremos sin tener miedo, solo relajándonos, observando y dejando pasar el tiempo".


Así, hemos seguido hasta el final atentamente el programa, y como si intercediéramos con él, hemos añadido nuestras propias historias, bromas o chascarrillos particulares sobre los temas que se trataban, como si de alguna forma pudiésemos ampliar la información que se sucedía desde el estudio. Hemos sentido esa conexión con todas esas personas que se desplazaban para vivir una experiencia que une en la distancia y en la suprema razón de mirar todos juntos al cielo. Igualmente, hemos recordado la belleza del firmamento que, a modo de regalo, nos enviaba una larga y prolongada estrella fugaz de tintes azules que iluminaba a su paso todo sobre nuestras ávidas cabezas pensantes en un deseo esperado.

No, no hemos visto ningún OVNI ni luz rara que avecine un fenómeno de carácter extraño. Pero sí que hemos vivido cierto pavor al notar cómo la luna, gran ausente de buena parte de la noche, hacía su llegada acompañada de una fina capa de frío que congelaba la velada. Hasta entonces, el sonido de los animales, hasta cierto punto nerviosos, ponía una pizca de temor ante la soledad de tres jóvenes que casi sin querer buscaban sobre las aguas de un pantano un cristalino reflejo cuasi - divino de algo ajeno y extraño a ellos.

Realmente, creo que, pese al escepticismo de la gente y lo que se hayan podido llegar a ver o no ver, Iker Jimenez y todo el equipo de Cuarto Milenio y Milenio 3, nos han hecho un regalo. Y es que, durante una horas o incluso una sola noche, gran parte de nuestro país ha olvidado por un momento la crisis, el gran paro que nos azota, el ya más que comentado Rescate o los problemas sociales que vivimos. Por un momento, todas esas personas han hecho lo que nuestros antepasados hacían cada vez que el Sol se iba dando paso a un oronda dama de blanco iluminada: mirar al cielo e interpretar los designios. 

Hoy, durante un rato he pensado que si este mundo es una misteriosa cúpula donde todos estamos encerrados, por una vez nos hemos revelado y convertido en espectadores al tener la valía de alzar nuestra mirada para, en cierto modo, pedir explicaciones. 

Ya no nos miran a nosotros.

Ahora "ellos" se sienten observados.



2 comentarios:

  1. Muy buen artículo Emilio ! Me ha gustado mucho :)

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  2. Hola,Emilio.
    Aún recuerdo mi primera noche a la intemperie debido a la alerta OVNI, era el verano de 2004 y yo estaba en Burgos expectante porque, en menos de tres meses, iba a comenzar a estudiar Periodismo en Madrid.

    Iker siempre ha sido una inspiración para mí, no sé hasta que punto mi afán por la investigación es fruto de sus programas y libros. Tal vez tenga algo que ver eso de ser paisanos, siempre recodaré la vez que vi mi primer OVNI cuando tenía diez años en la casita de veraneo en un pueblecito santanderino (tierra de sucesos paranormales) on todos mis primos y tíos. No había cámaras caseras... si eso hubiese ocurrido hoy, ya tendría miles de visitas en Youtube... Sólo queda nuestro testimonio, ¡qué lástima!

    Qué razón tienes (y qué bien escribes!!) cuando dices que es necesario pensar en otras cosas que no sean la crisis, y creo que de los pocos que nos logran evadir del tema es Iker, qué haríamos sin él!!!

    Besos!

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