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Análisis de House.


Cuando la serie de Doctor House, de la cadena Fox, saltó al aire por primera vez en otoño del 2004, parecía poco probable que llegara a causar sensación. Centrada en el brillante pero profundamente antipático doctor Gregory House, la serie dio apenas oportunidad a los televidentes de percibir al protagonista del programa como algo más que un cretino. No obstante, unos años después – y varios Globos de Oro más tarde – se convirtió en un enorme éxito ¿De dónde viene su atractivo? Como drama médico incita el interés profundamente arraigado en nuestra cultura por dicha ciencia y al centrarse en la investigación de enfermedades misteriosas (con un protagonista inspirado en el legendario Sherlock Holmes) también satisface nuestra vieja fascinación por las historias detectivescas. No obstante, House es algo más que un nuevo ER y que un CSI. Su peculiaridad radica primordialmente en este asombroso protagonista, un hombre que despierta al mismo tiempo interés y aversión. Así, la serie es como un accidente automovilístico, resulta imposible no mirar. Si bien la mayoría de nosotros, por fortuna, no se topa con percances automovilísticos todos los días.

1) House y sus antecentes filosóficos
Se podría definir a este brillante bastardo consumidor de pastill as como el médico que cojea en el Hospital Princenton – Plainsboro golpeando hacia un lado la ética médica con un movimiento de su bastón. House nos dice que todo el mundo miente, que la humanidad está sobrevalorada y que la naturaleza de la medicina es que vas a fastidiarte… Como señaló la doctora Cuddy a ese desagradable Tritter, “salva más vidas de las que pierde”. Como Sócrates y Sherlock Holmes, a House le intrigan los enigmas. Su deseo tenaz e implacable de encontrar la verdad, junto con sus extraordinarias habilidades de razonamiento significa que los enigmas se resuelven y las vidas se salvan, a lo que el propio doctor diría irónicamente: “¡Malditas sean las reglas del hospital!”. Para House, la navaja de Occam sostiene que la explicación más sencilla es casi siempre que alguien sale malparado. Los filósofos argumentan mucho en cuanto a eso, pero House dice que la realidad casi siempre está equivocada… se inclina hacía el método socrático, simplemente ¡le encanta! Dice que es la mejor manera que tenemos de enseñar cualquier cosa excepto hacer malabarismos con sierras eléctricas. El Dr. House lleva siempre a cabo lo que Sócrates llamaba una vida de examen y Aristóteles, una vida de razón, esto es, creer que la vida tiene un carácter significativo pero que carece de sentido razonable. Se podría decir que la vida de House es significativa porque él propicia, en su mayoría, consecuencias deseables: salvar las vidas de los pacientes. Pero el problema es que no parecen importarle mucho las vidas que salva. Para él, la cuestión es más bien resolver el rompecabezas ¿Por qué? ¿Es por la satisfacción que le causa? ¿Y por qué le hace olvidar ello su dolor? En este estudio puedo entrever que es más que eso. Al resolver los rompecabezas y con ello salvar vidas, House está ejemplificando una vida de razón, y esto es lo que Aristóteles juzgaba como función primordial. Aristóteles quería responder a la pregunta ¿Qué es una vida buena? Él definía lo bueno como las funciones propias de algo, por ejemplo, un buen bastón es una fácil de asir, aquel que te ayuda a mantener el equilibrio y te evita mayores lesiones y dolor al caminar. Un buen doctor, por tanto, es el que puede hacer diagnósticos atinados y eficaces y tratar las enfermedades entre otras cosas. Según Aristóteles, vivir una vida de razón es algo de mayor importancia, porque conduce a la felicidad o al bienestar – lo que los griegos llamaban ´eudemonia´ - de modo que incluso si parece que House suele estar más interesado en la solución de los rompecabezas que en las consecuencias que de ello resultan, tal solución debe contribuir para él en algún sentido de bienestar interior dada su vida de análisis y razón.

Sócrates (460 – 399 a.C.), por su lado, es el primer gran héroe de la filosofía occidental. Fue hallado culpable de corromper a la juventud de Atenas y de no creer en los dioses, crímenes por los que se le condenó a muerte. En el fondo, fue castigado por tener la costumbre de cuestionar a los demás y exhibir su ignorancia por medio de la búsqueda de la verdad. Sus jueces se hubieran contentado con que abandonara Atenas, pero Sócrates rechazó tal posibilidad pues sabía que, donde quiera que estuviese, su estilo de vida seguiría siendo el mismo. Así pues ¿Qué pasaría si invirtiéramos los papeles? En el diálogo ´Apología´, donde se narra el juicio de Sócrates, escuchamos a este último pronunciar su célebre frase: “Una vida sin examen no vale la pena ser vivida”. Sócrates quería decirnos que preferiría morir a renunciar a la forma en que vivía ¿por qué? ¿Qué es una vida de examen, después de todo? Pues se puede entender como tal una vida de análisis en la que tienes deseos de entender las cosas, curiosidad por la búsqueda de la verdad, en la que no se aceptan las ideas porque sí o por el hecho de que sean populares o provengan de alguna tradición, de forma que no da miedo a hacer preguntas. Es la vida de un filósofo y el modus operandi del trabajo del periodista. Pero ¿cómo trasladamos esto al mundo de la medicina en el que House de mueve? Situémonos en el episodio “Resignación” (Cuarta Temporada) donde House logra descubrir lo que está matando a una jovencita e intenta decírselo, pero a ella no le interesa saberlo, pues eso no cambiará el hecho de que va a morir. Esto es una reproducción de su diálogo:

· Chica: “No quiero escuchar”


· House (incrédulo): “Esto te está matando… ¿no te interesa saber qué es?

Cuando los padres de la chica salen de la habitación, House replica:

· House: “¿Qué caso tiene irse de este mundo sin curiosidad?”

Sí, lo que decía, suena muy parecido a Sócrates…

2) La lógica “policiaca” de House

El nombre de Dr. Gregory House combina 3 de los famosos detectives ficticios de Sir Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes, John Watson y Tobias Gregson. El apellido de House es sinónimo de ´Home´ (en inglés significa hogar y ´House´, casa) es como Holmes pronuncia su nombre variando un poco el final. Las iniciales referentes a su título médico “Dr.”son también derivadas del Dr. Wats on, el leal amigo y ayudante de Holmes. Ahora bien, he aquí un descubrimiento: Watson y Holmes, a su vez, también están basados en dos médicos de la vida real. Conan Doyle era un médico en ejercicio por derecho propio y admiraba impresionado (como Watson hacia con Holmes) al Dr. Joseph Bell, de la Royal Infirmary de Edimburgo, cuyo carácter, perfil y poderes de detección casi mágicos llegaron a ser los de Holmes. El nombre de pila de House, Gregory, es un poco más difícil de descubrir, pero está ahí, justo en la primera aventura de Holmes “Estudio en escarlata”, en la persona del detective de Scotland Yard, Tobias Gregson. Holmes le dice a Watson que Gregson es “el más inteligente de todos los de Scotland Yard”, esencialmente “el mejor de un mal lote”. Gregson presenta a Holmes sus casos más difíciles, aquellos que no puede resolver, así como Cuddy lleva sus casos más complejos a House cuando nadie en el hospital sabe qué hacer. Proporcionan la perspectiva que necesitamos sobre un genio que, en la vida real, no se encuentra; por ello, apenas podríamos simpatizar y mucho menos, identificarnos con el brillante House sin todas las dificultades personales y físicas. Ellas le humanizan, así como Watson y Gregson humanizan a Holmes.

La evidente similitud entre House y Holmes no solo se basa en su personaje. En cierto sentido es en realidad Holmes, existiendo, de alguna manera, entre dos universos paralelos, uno en el presente en Princeton – Plainsboro y el otro en el pasado, en el número 221 – B de Baker Streer, en Londres. House incluso habla como Holmes. Véase el episodio piloto, cuando House examina a un paciente enfermo y le pregunta “¿Cuáles son los sospechosos?” y una vez diagnosticada la enfermedad, declara orgulloso “He resuelto el caso”, como si se tratara de una novela policiaca. House considera a sus pacientes farsantes y mentirosos, así mismo considera Holmes a sus clientes. Enfermos como están, siempre se le atraviesan en el camino, es por ello que House trabaja dándoles la vuelta: allana sus casas, roba sus pertenencias, hurga en sus cajones… cualquier cosa para reunir pistas, una vez más, igual que Holmes.

Al igual que Holmes, House tiene ayuda de un equipo de doctores jóvenes a su entera disposición. Son los Watson de House: Cameron, Foreman y Chase, cada uno con diferente especialidad, sin embargo, no son ni amigos ni confidentes de House, esa función esta reservada para el cuarto Watson de House, James Wilson, que comparte las iniciales de Watson. Ellos son la forma para acercarnos a un genio. De otra manera, no tendríamos forma de entrar. House y Holmes no son personas abiertas. Son solitarios, solteros, desconectados; se preocupan poco por los demás y pueden ser cortantes y ofensivos con sus ayudantes. De hecho, lo único que en realidad les preocupa es resolver el caso. Viven para la emoción y la investigación y para nada más. Todo tiende hacia ese fin: logros académicos, intereses musicales, actividades aparantemente de entretenimiento, incluso su adicción a las drogas (tomaba Vicomina por dolor y dependencia), otra coincidencia más entre House y Holmes, el cual se inyectaba 7 gr. de cocaína, algo caracterizado de romántico y bohemio en la época.

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