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Sentimientos (des)codificados


La vida no es perfecta y mucho menos es como nosotros queremos dibujarla. A veces, en momentos puntuales, no nos gusta una determinada situación, pero cuando nos apartamos durante un tiempo de ella, y la recordamos, llegamos a extrañarla. Podemos odiar a una persona con todo nuestro ser y, a la vez, amarla con todo nuestro corazón, sin ni si quiera darnos cuenta.
Caminamos por la calle mientras observamos las miradas ajenas y nos preguntamos qué se esconde detrás de esas vidas, aparentemente apáticas... ¡pobres de nosotros! no somos conscientes de que ni si quiera conocemos que se se esconde detrás de nuestra propia mirada. Y es que, no es cierto que la soledad nos enseña quién somos, pues por mucho que busquemos en los libros o en las enciclopedias, solo los pequeños momentos, esos a los que nadie les da importancia, nos cuentan algo sobre nuestro ser, como en un susurro, y nos dice una pequeña, pero imporante parte del gran misterio que, con prudencia y coraje, nos ocultamos a nosotros mismos. Y, al pensar un momento sobre ello, nos paramos, y nos preguntamos si alguien más habrá reconocido un sentimiento similar; nos preguntamos por qué, si a pesar de toda la imperfección que hay alrededor, sentimos que todo es perfecto, por qué no podemos dejar de sonreir o de sentir el palpito prolongado de nuestro corazón que, a su vez, parece gritarnos algo, un secreto del cual solo nos llega el eco... sí, es eso... es el principio de una pequeña carrera, la euforia de un gran descubrimiento, algo que todo el mundo ha sentido alguna vez pero que parece que solo nosotros vamos a vivirlo... seguimos sonriendo, miramos las estrellas y, a pesar de estar solos, queremos seguir escuchando a ese silencio que, ya no solo te habla de ti, sino que te recuerda a una persona. Entonces, en nuestra mente, vemos su cara, sus ojos, su pelo... escuchamos su voz, su risa... su silencio se ha convertido en nuestro silencio y parece que, por una vez, algo nos une... y sí, eso es, es un silencio que está gritandonos, dándonos voces de alerta, pero no las oímos ¡no queremos! nos gusta seguir pensando en esa persona, porque su recuerdo nos hace sentir especiales, nos dice quiénes somos y nos ayuda a conocernos. Es curioso como encontrando una parte ajena a nosotros podemos descifrar los codigos de nuestro corazón... si, es eso... Y una noche, mientras observas su cara en una foto, y ya no está solo en tu imaginación, dejas a tu mente y a tu corazón ser libres dentro de tu ser. Solo entonces, puedes ver como sus ojos te hablan, su cara te mira y su media sonrisa parece que mantiene una frase escrita que dice: "estás enamorado". Entonces, y solo entonces, comprendes la grandeza de nuestro ser, la perfecta imperfección del hombre y, como un gran misterio revelado a la humanidad, quieres gritar y expresar todo eso, pero no puedes.... nada ni nadie puede, ni si quiera estas humildes palabras pueden expresarlo ¿porqué? Porque hay sentimientos, como el amor, que para ser descodificados primero tienen que ser vividos.

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