María del Mar: Leyenda y Banda Sonora Original.
Todo comenzó una mañana de Junio. Ella cogió una vieja bicicleta que tenía y decidió explorar las ruinas más lejanas de su pueblo. Ese día, el calor apretaba hasta conseguir arrancar la gota de sudor más ínfima de la frente de cualquiera que se expusiera a sus rayos. Pero eso no la intimidaba en absoluto. Marimar era atrevida y no se dejaba impresionar ni por lo que ante sus ojos, justo en ese momento, apareció...
... una gran cuesta a modo de montaña se alzaba ante su resplandeciente mirada. Mar, como si de una apuesta se tratase, aceptó el reto, asintió con la cabeza y, con decisión, siguió adelante. Comenzó a subir la interminable calle cuesta arriba. A su paso, otras personas que intentaban ascender igual que ella, tropezaban y caían al vacío. Mar las veía, pero no tenía miedo ¡todo lo contrario! Sabía que iba a conseguirlo.
Cierto es que, se dice y se rumorea, que allí no llegaba el oxígeno. Un testimonio relevante de una señora que estuvo presente cuenta lo siguiente: "Yo la vi ascender hacia lo más alto de la ciudad. Me pregunté por qué una chiquilla tan bonica subía hasta tan arriba... ¿buscaba algo en concreto? Vi que cargaba con una pesada y ya vieja bicicleta y me asusté al ver el peligro que estaba apunto de acaecer. Todo pasó muy rápido y el miedo me paralizó... ahora todas las noches veo su rostro sufriendo porque nunca llegó a alcanzar la cumbre...".
Mientras esta anónima señora miraba incesantemente por la ventana, María del Mar proseguía su camino. Justo entonces un "click" hizo que todo cambiará. Un fuerte crujido que, desde una zona tan alta y además muy por encima del nivel del Mar, rompió la barrera del sonido e hizo detenerse a la chica y a su bicicleta.
A modo de Dora la exploradora, la chica se agachó y miró en la parte inferior de su bicicleta. La cadena se había partido en dos. Enseguida entendió de dónde había venido ese incesante crujido... Visto que no podía avanzar en tales circunstancias, abandonó la idea de proseguir y se marchó a su casa.
Pero en cuestión de horas y una vez que todos sus músculos se enfriaron, Mar se planteó que ese crujir podría venir de otro lado. Algunos pensaron que bien pudiera tratarse de su tobillo, lastimado y dolorido por el trabajo de subir la montaña. Pero se equivocaban. La rodilla se revelaba en los momentos más críticos de la vida de la joven: un fuerte examen de inglés la esperaba, nunca mejor dicho, a la vuelta de la esquina. Este ascenso era más bien intelectual. Tenía que subir la montaña del conocimiento cargada con un dolor de rótula.
Sus amigos, preocupados por la noticia, aconsejaron a la chica visitar el doctor de inmediato. Pero María del Mar, fuerte y brava declinaba constantemente el consejo y seguía su estudio. El tiempo hinchó su pierna, casi la gangrenó y la puso morada, pero la joven no cambiaba de opinión. Todos, incluido servidor, montamos una gran campaña social que pretendía recordar la importancia de la salud y más concretamente de la pierna. Haciendo uso de redes sociales, mensajes privados, llamadas incesantes, toques desde números desconocidos, pancartas y acampadas a las puertas de su casa y una canción que nos envolvió más que el himno de la Eurocopa, provocamos una avalancha colectiva bajo el lema: "Mar somos todos". Todos, católicos y protestantes, ateos, musulmanes, judíos y "el niño de la meca", intercedieron por su estado. La pierna de Mar, después de ser Trending Topic, durante unas horas, fue el centro del Mundo.
Hoy, el éxito popular de Javier Muro, esa canción que se ha convertido en número 1 de La Gaceta del Juglar, está aquí para todos vosotros, acompañada de la feliz noticia:
¡¡¡¡¡MARÍA DEL MAR HA DECIDIDO IR AL MÉDICO!!!!!!
Aún no sabemos qué le habrán dicho, pero estamos todos expectantes y deseamos que evolucione favorablemente y se mejore. Hoy, se ha demostrado que la amistad rompe fronteras y, como recién lincenciado en Periodismo que soy ya, solo puedo decir que da gusto contar al Mundo noticias como estas.
Os dejo con la canción que ha movilizado y sensibilizado a los cinco continentes. Disfrutadla tanto como Mar podría hacerlo desde su cama haciendo reposo.
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